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El presidente Donald Trump comparó el hecho de que se promueva remover la estatua de Robert E. Lee, el jefe del Ejército de los Estados Confederados durante la Guerra Civil, con la posibilidad de que se proponga quitar los monumentos de los expresidentes George Washington y Thomas Jefferson.

Esa equivalencia la hizo el presidente este martes en una conferencia de prensa donde también equiparó a los supremacistas blancos y neonazis con los manifestantes proderechos civiles y otros autodenominados anti-fascistas que marcharon el fin de semana en Charlottesville, Virginia, para repudiar el odio de estos grupos extremistas.

Pero equiparar a Robert E. Lee con Washington y Jefferson, como hizo Trump, es incorrecto y engañoso. De hecho, diversos historiadores ya han denunciado la falsa equivalencia. Además de notar la diferencia entre dichas figuras, expertos en historia estadounidense consultados por Univision Noticias destacaron la ignorancia histórica del presidente.

“Comparar a Lee con Washington y/o Jefferson es absurdo. Solo alguien que ignora la historia o que quiere deshonestamente manipularla sugeriría una equivalencia semejante”, advirtió el director ejecutivo de la Asociación Histórica Americana, James Grossman.

El historiador explicó que “Washington y Jefferson tuvieron papeles cruciales en la creación de una nueva nación que era un experimento de democracia”, y que aunque reconoce que tuvo fallas como sus fundadores, representó “un logro global”.

“Lee y otros generales confederados son honrados en estos monumentos por su contribución a una causa que fue explícitamente tomada para defender la institución de la esclavitud. El liderazgo de Washington en la Revolución Americana no es comparable al liderazgo de Lee en la fracasada Revolución Confederada”, concluyó.

La gran diferencia

El biógrafo de Washington y Jefferson, Joseph Ellis, un ganador del Pulitzer, dijo a Univision Noticias que existe una diferencia fundamental porque “Washington es reconocido como el máximo líder militar de la historia americana, pidió el fin de la esclavitud y liberó a sus esclavos”.

En cambio, Lee “fue el mayor líder de la Confederación, cometió traición, nunca se opuso a la esclavitud y no pidió por la igualdad de los negros en lo más mínimo. Pensaba que debían ser subordinados permanentemente”.

En cuanto a Jefferson, el experto señala que si bien él “se opuso a la esclavitud a nivel teórico, nunca liberó a sus esclavos ni tomó un rol de liderazgo en el movimiento contra la esclavitud”.

Ellis destaca la paradoja de Jefferson, quien es “la personificación más elocuente de la creencia americana en la igualdad” al haber escrito en el preámbulo de la Constitución: “Sostenemos estas verdades como evidentes por sí mismas: que todos los hombres son creados iguales”, aunque al mismo tiempo no creía que los negros pudieran vivir en sociedad con los blancos.

“Washington y Jefferson merecen ser elogiados por lo que lograron y criticados por sus fallas”, agrega Grossman, quien opina que los monumentos confederados no representan logros positivos o atributos que conmemorar porque su objetivo central era proteger la esclavitud como institución.

“Están cambiando la historia”

Quienes se oponen a la remoción de los recuerdos de la Guerra Civil, consideran que quitarlos sería como borrar la historia del país. Algo que pareció respaldar el presidente Trump en su caótica rueda de prensa del martes.

Sin embargo, algunos especialistas aseguran que mover estatuas y monumentos de los espacios públicos no implica necesariamente modificar la historia sino darle el significado que le corresponde.

Grossman sugiere mover a museos o a otros espacios de preservación las estatuas que conmemoran la idea de que una persona es superior a otra por su raza.

El historiador considera que la creación de los Estados Confederados de América es un aspecto importante de la historia estadounidense. Por eso advierte: “debemos aprender sobre ella, no necesitamos honrarla”.

“Es importante mantener los monumentos en su significado histórico real: su construcción como parte de la defensa de la supremacía blanca en la temprana era de Jim Crow (como se conoce al paquete de leyes discriminatorias que se impuso en el Sur posterior a la Guerra Civil) y como respuestas al movimiento de Derechos Civiles del siglo XX”, explica el historiador.

“El presidente no parece estar al tanto que esta es la historia relevante que estos monumentos simbolizan”, estima Grossman.

Para Ellis el actual mandatario “es la persona más ignorante en la historia de la presidencia americana”.